«Vanidad de vanidades dijo el Predicador; vanidad de
vanidades, todo es vanidad». ¿Qué provecho obtiene el hombre de todo el trabajo
con que se afana debajo del sol? Generación va y generación viene, pero la
tierra siempre permanece. Sale el sol y se pone el sol, y se apresura a volver
a su lugar de donde se levanta. El viento sopla hacia el sur, luego gira hacia
el norte; y girando sin cesar, de nuevo vuelve el viento a sus giros. Todos los
ríos van al mar, pero el mar no se llena. Al lugar de donde los ríos vinieron,
allí vuelven para correr de nuevo. Todas las cosas son fatigosas, más de lo que
el hombre puede expresar.
Nunca se sacia el ojo de ver ni el oído de oír. ¿Qué es lo
que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará,
pues nada hay nuevo debajo del sol.
¿Acaso hay algo de que se pueda decir: « He aquí esto es
nuevo»?
Ya aconteció en los siglos que nos han precedido. No queda
memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que ha de suceder quedará memoria
en los que vengan después.
Eclesiastés 1:1-11
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